jueves, 27 de diciembre de 2007

Reflexología: Parte 3

Reflexología: Parte 3
Cómo relajar al paciente


Si a pesar de todos los recaudos que tomamos previamente, no logramos que el paciente se relaje, intentaremos entablar una conversación, coloraremos las manos sobre las piernas, sobre los hombros o sobre el pecho (en caso de ser personas de diferentes sexos, la paciente una dama y el terapeuta un hombre, se deberà tomar especial cuidado con este tema y evitar contactos en zonas delicadas), tratando de sincronizar nuestras respiraciones y asì comenzar a una relajaciòn guiada.

Así sea un dìa de tempraturas elevadas, no se le dará aire fresco a los pies del paciente. Evitar en el caso de inflamaciones el masaje, y si es necesario, utilizar menos tiempo y evitar la zona, proceder del mismo modo si debemos tratar a alguien con problemas de riños y/o corazòn.

Hay que informar al paciente, que pueden surgir inconvenientes después del masaje podal, tales como, distintos dolores incompresibles en distintas partes del cuerpo, fiebre, ardor o molestia al orinar o evacuar, cambio de color en las depositones o en la orina, aumentos o disminuciones en la frecuencia, etc, son reacciones normales y lógicas del tratamiento, al mover zonas reflejas, el cuerpo responde eliminando toxinas.

Se deberá tener siempre a disposición del paciente, un vaso de agua, té o café, para persuadirlo de ingerir líquido (mas de lo habitual) a fìn de eliminar todos los tóxicos liberados.